Hemos estado de viaje y nos hemos perdido. Como se ha podido
ver, hemos estado unos meses un poco inactivos. La verdad es que entre una cosa
y la otra, nos hemos ido colgando.
Pero de lo que realmente me gustaría hablaros y
concienciaros, es de uno de los principales motivos por los que nos ha pasado.
Somos trabajadores del mar y en verano, es cuando tenemos que aprovechar para
ganar algo más y poder aguantar el resto del año. Realmente, para el que no lo
sepa, somos instructores de vela. Ferrán, Román, Manu y yo, formamos parte de
una especie, casi, en peligro de extinción: el instructor de vela.
No es que no haya trabajo, sino que el que hay es muy
precario. Este verano entre los meses de julio, agosto y septiembre, he
trabajado un aproximado de 600 horas. En julio, por poner el mes más fuerte,
trabajé 271. La verdad es que creo que con todo esto, estoy construyendo un
argumento a favor de nuestras vacaciones bloggeras, puesto que como comprenderéis,
ponerte a escribir con el agotamiento que este trabajo supone, no es tarea
fácil.
Antes os he dicho que somos una especie en extinción y os he
avanzado un motivo. La precariedad laboral.
Si vemos un poco cual es la situación de nuestra profesión, veremos que como
instructores, tenemos dos opciones: 1.- Trabajar todo el año, o 2.- trabajar a modo de temporada e intentar
sobrevivir con lo ganado. El problema que tenemos es que como norma general, si
trabajas en un sitio donde puedes trabajar todo el año, los sueldos suelen ser
bajos y encima, trabajar todo el año no significa con una jornada de 8 horas.
Significa que tienes que ir luchando para conseguir semana tras semana un
puñado de horas para sobrevivir. Trabajar de temporada, bajo mi punto de vista,
ya no es lo que era. La temporada cada vez es más corta y se concentra en muy
pocos meses, con lo que has de hacer mil horas para sobrevivir. Y creo que esto
ya debe pasar en muy pocos sitios.
El rango puede ir entre los 5 € y los 12€. Puedes encontrar
escuelas donde realmente sí que se valore, aunque solo se refleje en el
sueldo/hora, el trabajo que ejercemos. El problema que hay, generalmente, es
que son las escuelas de temporada o por lo menos con las que no te puedes ganar
la vida todo el año. Por otro lado, encontramos las que incluso siendo trabajo
de temporada, el sueldo es bajo. (Entiendo un sueldo bajo por debajo de los 10
€). Y como guindilla final, encontramos los sitios, donde el sueldo es bajo
pero trabajas todo el año. Es
acojonante.
El otro punto son los
contratos y las condiciones laborales. Es impresionante como los
empresarios del sector, con el argumento de no saber exactamente las horas que
te van a poder dar, juegan contigo. Tenemos contratos de obra y servicio que
empiezan y acaban el mismo año con jornadas declaradas tiradas a la baja. ¿Resultado?
Te tienen pillado por lo huevos. Tú necesitas trabajar. Necesitas pagar un
piso, comida, servicios, transporte,… necesitas vivir. Con lo cual, si te gusta
lo que haces y a nosotros nos apasiona, no tienes más remedio que vivir con lo que hay.
Por otro lado, el empresario/a, no te valora por los
conocimientos que tienes. No valora que tenemos que tener 4 titulaciones + la
licencia (80 euros que salen de mi
bolsillo, paradójicamente, tengo que pagar para trabajar). No valora como resuelves los problemas que
tienes en la mar, un día con 20 kn, olas del través y en el barco, niños de 7
años, fliiiiiipando con lo que corre el barco. No valoran la gran responsabilidad
que tenemos cuando salimos al mar con un grupo de 6 adultos que no tienen ni
idea de navegar. No valoran las peripecias que tenemos que hacer para trabajar
en las condiciones en las que lo hacemos.
¿Sabéis de donde viene el verdadero problema? La realidad es
que los instructores/as, si quisiéramos, nos podríamos organizar, crear una
asociación que luchara por nuestros derechos. Una asociación que luchara por un
convenio digno. (Trabajamos bajo el mismo convenio que los socorristas). Y a
muy malas, una asociación que organizara manifestaciones delante de los centros
y escuelas para hacernos ver. El gran problema que tenemos, es que como
trabajamos en un sector que socialmente esta visto como un deporte de dinero,
la gente, en general, asume que nosotros o venimos de una buena familia o
ganamos mucho. Ni uno ni el otro. Tenemos que hacernos más visibles, exponer a
la sociedad cual es nuestra situación y empezar a ejercer presión. Realmente, la gran ventaja, es que los
técnicos/as de vela no nos acabamos de creer el gran poder que tenemos. Si un
día, todos los trabajadores de un club, deciden hacer vaga, ¿quién sale
perdiendo? El empresario o director del centro que se queda con los cojones en
el aire. ¿Qué llama a los instructores/as que tiene en reserva?
No problem my friend, estaremos esperando en la puerta del trabajo para evitar
que entre alguien.
Pol Quintana Aguilera para Sailing Roots