Esta
semana, la cosa va de títulos, administraciones y contratos. La cosa es que el
otro día estaba hablando con un amigo armador de un barco lista 6ª y
propietario de otras embarcaciones. Me comentaba que ahora, un patrón
profesional que quiera ganarse la vida, ya no puede presentar facturas por cada
uno de los trabajos que hace, sino que tiene que estar contratado por cada una
de las empresas por las que trabaja. Si nos lo paramos a pensar, simplemente es
de locos. Hay que tener en cuenta que para que un armador, contrate a un
patrón, los números le han de salir. El armador, a parte del sueldo que tiene
que pagar al patrón, el contrato bajo el régimen del mar le cuesta 450 € + sueldo. Realmente una locura. Pero es
que cuando un patrón hace un trabajo para un armador, no significa que vaya a
estar todo el mes. Los charters son un producto muy esporádico y puede que
trabajes 3 días seguidos pero después el barco esté parado 2. ¿Cómo puede ser
que en un país donde los autónomos son la base de la economía productiva, se
empuje a este tipo de profesional a trabajar en negro? Es que en el fondo, no
te queda más remedio, ya que en temporada alta y ganándote la vida con este
tipo de trabajo, el trabajar para distintos armadores es el pan de cada día.
Con
todo esto, hay que entrar a hablar de los títulos, ya que el ser patrón
profesional en España, no es tarea fácil ni económica. Por lo que a mí
respecta, en la zona de Cataluña, solo tienes 3 opciones: 1) Irte dos años a la
población del delta del Ebro, l’Ametlla de Mar para cursar el grado superior de
Patrón de Altura. 2) Tienes la opción de entrar en el mundo profesional
mediante la obtención del PPER, pero el coste es elevadísimo. Hay que tener el
PER, el Patrón de Yate, el Capitán de Yate y luego sacarte un examen en Madrid
específico para este título. Una vez aprobado, te tienes que sacar los títulos
de Radio restringida y el Sanitario. Estos dos últimos, lo más seguro es que
tengas que ir a una academia privada, ya que por la casa del mar puedes estar
años esperando a que te llamen. Y la 3ª opción, es sacándote el Básico de
Marinero (para conseguir la cartilla de embarque) y luego el Patrón
Profesional.
Puede
que la 3ª opción sea la más económica, pero todo y así te sale por unos 2000 €
tirando bajo y después de obtener el título “académico”, necesitas 1 año de
embarque en una embarcación con unas características X. Es una locura. ¿Pero, qué
ocurre en otros países? Pues la verdad es que no se trata de ver diferencias,
ya que no son OTROS países, sino todos los demás. En el resto del mundo,
cualquiera de los títulos que acabo de mencionar, no sirve para nada, a no ser
que el barco en el que vayas a trabajar, sea de bandera española. Si el barco,
no es de bandera española, los títulos españoles no sirven. Para eso está el
Ocean Yacht Master, que sería como el Patrón de Altura pero reconocido
internacionalmente. Ahora sí, menos en España. ¿Curioso verdad?
Al
final, todo se trata de un negocio para algunos y una desgracia para otros. Lo
más curioso es que estas leyes se hacen, se discuten y se aprueban en una
comunidad que no tiene mar ni cultura marinera, pero sí que tiene Federación
Madrileña de Vela. Todo muy curioso. Al igual que la Federación Española de
Vela, ubicada en medio de Madrid capital.
Y
digo yo, ¿no sería mucho más fácil, equiparar las leyes a las europeas? Vivimos
en un continente en donde cada vez es más fácil moverse y trabajar donde uno
quiera pero parece que nos hemos olvidado del mar. El mar, se quiera o no,
sigue siendo un recurso muy preciado y las administraciones saben del potencial
que tiene. Las administraciones son unas aprovechadas y tienen a su servicio
los poderes fácticos de la Guardia Civil. El cuerpo, medio militar medio
policial, que se encarga de aplicar las leyes que se cuecen en los despachos
madrileños, no deja lugar a duda a la hora de preguntar y pedir todos los
papeles que uno necesita para trabajar (por no hablar de lo pesados que están con
el tema de la dichosa bandera). L a multa por trabajar en negro es abismal,
pero por otro lado la administración te empuja a hacerlo. Parece un bussines
más redondo que el de la venta de armas por parte de los estados a países en
guerra. Es el colmo.
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