En 1977 nació una de las
regatas oceánicas que pasará a la historia por ser la base de la vela profesional
de grandes distancias y en solitario: La Mini Transat. Con ella, empezaron a
aparecer las innovaciones que poco a poco se van implantando en la vela
convencional o de usuario.
En 1979, aparecen los
primeros cascos planos y los depósitos de lastre. Todo ello, inventado y
diseñado para grandes regatas.
En 1985, Yves Parlier,
fabricó el primer mástil de carbono y de eso casi hace ya 30 años.
En 1991, Desjoyeaux, inventa
la quilla pivotante que diseña especialmente para la Mini Transat. A la vez,
aparecen las orzas anti deriva para cruceros, puesto que la quilla, al
desplazarse hacia barlovento, queda inutilizada como elemento anti-deriva y
pasa a formar parte del desplazamiento de peso a barlovento para la estabilidad
del velero. Hecho que permitió la incorporación de velas más grandes, puesto
que se podía soportar escoras menores gracias a las quillas basculantes.
Y en 2011, David Raison,
inventa el Mini con proa redonda, en base al carácter planeador de los Minis y
barcos diseñados para correr grandes distancias en el menor tiempo.
Siempre he sido un enamorado
de los Minis y cada vez tengo más claro que en un futuro, acabaré formando
parte de ese grupo de gente que sin pretensiones de llegar a nivel profesional,
ha hecho alguna vez la Mini Transat. La clase Mini, por sus reducidas
dimensiones, aporta el escenario perfecto para saber, que es lo que se siente
al navegar grandes distancias en un velero de 6.5 metros y las limitaciones que
tanto el barco como tú tienes. Además, es el diseño perfecto para poder
investigar y probar nuevos componentes, materiales y diseños, puesto que los
costes son de lo más reducido que hay si comparamos con otros proyectos
náuticos. La gracia, es que lo que después vemos en un IMOCA o en un VO70,
primero se ha experimentado en un Mini.
¿Es
verdad mi última afirmación?
Realmente no. Sería muy
corto de miras por mi parte pensar que todo sale de un Mini. La verdad es que
muchas de las aplicaciones que vemos ahora en veleros de competición y en
veleros de recreo, proviene de la clase Mini, pero no todo.
Un ejemplo y es básicamente
el propósito de este post, son los llamados Dynamic Stability System.
En este caso, el invento nació en la vela ligera pero para ser aplicado
en grandes veleros. La idea es simple. Utilizando la fuerza de la gravedad, se
han inventado una orza transversal al velero que cuando el barco escora por la
fuerza del viento, esta orza se desplaza a sotavento. ¿pa’ que? Pues muy
simple, la orza o foil, al deslizarse por la parte de sotavento, lo que genera
es fuerza de sustentación y ayuda al velero en su estabilidad y en la escora.
Lo que ha permitido ganar en velocidad y control del velero. (De todos modos,
os invito a visitar la web de este invento y que trasteéis un poco en sus entrañas). La gran ventaja, sobretodo,
ha sido para los veleros con quillas pivotantes, puesto que este foil, sumado a
las orzas anti deriva, han ayudado a esta estabilidad negativa que tienen los
veleros con quilla basculante.
Con este invento, fruto de
la ingeniería de última generación, están convirtiendo los veleros en
artilugios al servicio de millonarios pero a la vez, creo que hay tantas cosas
que no sabemos de lo que pasa debajo del mar en un velero, que cada vez más
vemos como las obras muertas se parecen más a cuerpos hundidos mutilados, con agujeros
y apéndices que les salen por todos lados. Cuando veo el casco del Wild Oaks
(velero australiano vencedor de la última edición de la Sydney – Hobart),
flipo! Lleva: Orza pequeña en proa, quilla basculante, orzas anti deriva y los Canting Foils. Un frankenstein.
La verdad, me parece
impresionante lo que genera el agua debajo de un velero. Cuando sales a navegar
en vela ligera, no te das cuenta de las de cosas que puedes mejorar en un
barco. Pero te das cuenta que con una sola orza, un timón y una vela, también se
puede navegar.
Animo a todos y todas las
amantes de la vela que por encima de todo: NAVEGEN!
Navegar, es lo mejor que nos
ha podido pasar. Lo hacemos des de hace miles de años y no podemos permitirnos
el lujo de dejar de hacerlo. Es como volver a nuestras raíces.
VIVA EL MAR! VIVA LA VIDA!
Pol Quintana para Sailing Roots
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