martes, 22 de julio de 2014

DSS, EL PRESENTE DE LA VELA

En 1977 nació una de las regatas oceánicas que pasará a la historia por ser la base de la vela profesional de grandes distancias y en solitario: La Mini Transat. Con ella, empezaron a aparecer las innovaciones que poco a poco se van implantando en la vela convencional o de usuario.

En 1979, aparecen los primeros cascos planos y los depósitos de lastre. Todo ello, inventado y diseñado para grandes regatas.

En 1985, Yves Parlier, fabricó el primer mástil de carbono y de eso casi hace ya 30 años.

En 1991, Desjoyeaux, inventa la quilla pivotante que diseña especialmente para la Mini Transat. A la vez, aparecen las orzas anti deriva para cruceros, puesto que la quilla, al desplazarse hacia barlovento, queda inutilizada como elemento anti-deriva y pasa a formar parte del desplazamiento de peso a barlovento para la estabilidad del velero. Hecho que permitió la incorporación de velas más grandes, puesto que se podía soportar escoras menores gracias a las quillas basculantes.

Y en 2011, David Raison, inventa el Mini con proa redonda, en base al carácter planeador de los Minis y barcos diseñados para correr grandes distancias en el menor tiempo.

Siempre he sido un enamorado de los Minis y cada vez tengo más claro que en un futuro, acabaré formando parte de ese grupo de gente que sin pretensiones de llegar a nivel profesional, ha hecho alguna vez la Mini Transat. La clase Mini, por sus reducidas dimensiones, aporta el escenario perfecto para saber, que es lo que se siente al navegar grandes distancias en un velero de 6.5 metros y las limitaciones que tanto el barco como tú tienes. Además, es el diseño perfecto para poder investigar y probar nuevos componentes, materiales y diseños, puesto que los costes son de lo más reducido que hay si comparamos con otros proyectos náuticos. La gracia, es que lo que después vemos en un IMOCA o en un VO70, primero se ha experimentado en un Mini.

¿Es verdad mi última afirmación?

Realmente no. Sería muy corto de miras por mi parte pensar que todo sale de un Mini. La verdad es que muchas de las aplicaciones que vemos ahora en veleros de competición y en veleros de recreo, proviene de la clase Mini, pero no todo.

Un ejemplo y es básicamente el propósito de este post, son los llamados Dynamic Stability System.


En este caso, el invento  nació en la vela ligera pero para ser aplicado en grandes veleros. La idea es simple. Utilizando la fuerza de la gravedad, se han inventado una orza transversal al velero que cuando el barco escora por la fuerza del viento, esta orza se desplaza a sotavento. ¿pa’ que? Pues muy simple, la orza o foil, al deslizarse por la parte de sotavento, lo que genera es fuerza de sustentación y ayuda al velero en su estabilidad y en la escora. Lo que ha permitido ganar en velocidad y control del velero. (De todos modos, os invito a visitar la web de este invento y que trasteéis un poco  en sus entrañas). La gran ventaja, sobretodo, ha sido para los veleros con quillas pivotantes, puesto que este foil, sumado a las orzas anti deriva, han ayudado a esta estabilidad negativa que tienen los veleros con quilla basculante.


Con este invento, fruto de la ingeniería de última generación, están convirtiendo los veleros en artilugios al servicio de millonarios pero a la vez, creo que hay tantas cosas que no sabemos de lo que pasa debajo del mar en un velero, que cada vez más vemos como las obras muertas se parecen más a cuerpos hundidos mutilados, con agujeros y apéndices que les salen por todos lados. Cuando veo el casco del Wild Oaks (velero australiano vencedor de la última edición de la Sydney – Hobart), flipo! Lleva: Orza pequeña en proa, quilla basculante, orzas anti deriva y los Canting Foils. Un frankenstein.

La verdad, me parece impresionante lo que genera el agua debajo de un velero. Cuando sales a navegar en vela ligera, no te das cuenta de las de cosas que puedes mejorar en un barco. Pero te das cuenta que con una sola orza, un timón y una vela, también se puede navegar.

Animo a todos y todas las amantes de la vela que por encima de todo: NAVEGEN!

Navegar, es lo mejor que nos ha podido pasar. Lo hacemos des de hace miles de años y no podemos permitirnos el lujo de dejar de hacerlo. Es como volver a nuestras raíces.

VIVA EL MAR! VIVA LA VIDA!

Pol Quintana para Sailing Roots


lunes, 14 de julio de 2014

LOS GITANOS DEL MAR : BAJAU y/o MOKEN


Los moken son diferentes. Desconocen las prisas, el estrés, el concepto del tiempo... Saben lo que es un reloj pero ignoran el modo en que se usa. Habitan en las costas de Tailandia con las mismas tradiciones que aprendieron de sus ancestros, donde también se les conoce como "gitanos del mar", por su sabiduría acerca de la vida en el agua. En 2004, cuando un tsunami provocó miles de víctimas en el sudeste asiático, los moken huyeron a tiempo gracias a sus conocimientos sobre el mar. Entonces, los medios se fijaron en ellos, y comenzaron a recibir atención y ayuda.
Los "gitanos del mar" -también llamados "nómadas del mar"- o, lo que es los mismo, la tribu de los moken, son un pueblo de costumbres. Aunque el paso del tiempo ha introducido pequeños cambios en su modo de vida, los rasgos básicos se mantienen enraizados en el pasado.
En cualquier caso los “sea gypsies” siempre han contemplado el mar no sólo como su principal fuente de alimentación sino también como su espacio vital. Nacen en el mar, crecen sobre el mar y viven exclusivamente del mar. Sólo cuando fallecen y son enterrados existe una conexión real con la tierra. 


Sus cuerpos son depositados a lo largo de un ataúd que adquiere la forma de una embarcación. Esta asociación con la muerte explica porque los Bajau siempre intentan dormir cruzados a bordo de sus embarcaciones. Para ellos, éstas son al mismo tiempo un sistema de transporte para desplazarse por el archipiélago y un hogar donde compartir con la familia un sistema de producción colectivo.
Y aquellos que han hecho la transición a una forma de vida relativamente más estable, insisten en construir sus viviendas literalmente encima del agua, habitualmente sobre un arrecife costero.


La pesca es siempre una actividad familiar. Pescar juntos hombre y mujer para la propia subsistencia y para obtener algún ingreso con las capturas sobrantes forma parte de la identidad de los Bajau. De hecho cuando dos miembros de la comunidad comparten embarcación ya se considera un matrimonio y el éxito de la pareja se valorará según el rendimiento obtenido.
Cada embarcación acoge habitualmente un núcleo familiar con una media de cinco o seis individuos. La familia se convierte de este modo en una unidad económica independiente que debe convivir y trabajar diariamente en un espacio limitado. Aunque el tamaño de las embarcaciones es muy variable, en Malasia e Indonesia son habituales esloras de unos 10 metros con zonas protegidas para el descanso y hornos portátiles de arcilla como elemento básico para preparar las capturas.



Después de buscar pacientemente en la selva litoral, día tras día, durante meses, el árbol que le iba a permitir fabricar su kabang (barco), Salama Jathale lo encontró al fin.
La elección es importante.  Durante los próximos 20 años, el barco le servirá de vehículo, de casa, de herramienta de pesca, de lugar donde nacer o, llegado el caso, morir.  Sólo algunas especies de árboles son aptas para esta tarea, como el rakam (Salacca wallichiana) y un árbol local denominado mai pan.  Si estuviera hecho de otros árboles el barco no tendría el peso adecuado, explica Salama, nómada del mar y miembro de la tribu de los moken, que vive en las islas urin del mar de Andaman, situadas a la altura de la costa tailandesa.
El tronco seleccionado se tallará bastamente en forma de barco y después se sumergirá en el agua y se calentará para que se amplíe.  Posteriormente se “asará” en un fuego de leña de tanai (una especie de sapotaceae no inventariada), lo cual ennegrecerá la parte inferior del barco y la protegerá del ataque de los percebes. La vela se fabricará con hojas de"toei naam pandanus".

Para esta tribu, la construcción de barcos es una ciencia y un arte al mismo tiempo. Las técnicas que utiliza se transmiten de generación en generación, perpetuando la experiencia y la habilidad ancestrales.

Los moken dependen de otros muchos productos forestales.  Según el doctor Narumon Hinshiranan, antropólogo de la Universidad Chulalongkorn de Bangkok, y especialista en los moken, la tribu utiliza cerca de 80 especies vegetales para alimentarse, 28 para curarse, 53 para construir y otras 42 con distintos fines, como la fabricación de objetos artesanales.

El "morloon", una planta local, se emplea para hacer un fuego cuyo calor sirve para curar a las mujeres después del parto. La corteza del "yaa thale" se mezcla con agua hervida y se utiliza para bañar a los niños enfermos”, explica Aroon Thaewchatturat, otro investigador interesado en los moken. Las plantas también sirven para divertirse: el "kating", parecido al violín, se fabrica a partir de bambúes. Los moken también aprenden a escoger los materiales adecuados para construir las casas y utilizan el "pandanus" para trenzar esteras y cajas.

Los moken son una de las últimas tribus del mar que vive de manera tradicional en Thailandia.  La tribu de Salama se instaló en las islas Surin hace unos 60 años, cuando la situación política de Myanmar (antigua Birmania) la obligó a abandonar sus recorridos marítimos tradicionales por las costas de Myanmar y de Thailandi

Su actividad pesquera es muy variable en función de corrientes, vientos, migraciones y ciclos lunares, comprendiendo más de 200 especies, aunque actualmente el trepang, una especie de holoturia o pepino de mar, es la captura más codiciada y el principal motivo de que los Bajau estén en determinadas zonas. Aunque el aspecto del trepang no sea especialmente atractivo, y menos aún si decidiéramos presionar su blanda estructura, en la cercana China se le considera un verdadero delicatessen al cual se atribuyen también propiedades medicinales. Los sea gypsies son capaces de sumergirse en apnea hasta 30 m. de profundidad para capturarlos.


Los utensilios que utilizan para la pesca están formados básicamente por una variada colección de fusiles, arpones y lanzas. Hay que tener en cuenta que aunque su construcción es muy rudimentaria la efectividad está fuera de toda duda. Lo primero que uno piensa observando a un pescador Bajau bajo el agua es si tiene realmente sentido en determinados entornos la obsesión occidental por el desarrollo continuo de nuevas tecnologías. Armado con un fusil de madera de tan sólo 50 cm. mi amigo nómada me demostró en cerca de una hora cómo se puede conseguir una efectividad de casi el 100% con peces de pequeño y mediano tamaño. Para conseguir una visión suficiente bajo el agua la sofisticación tampoco es muy evidente en las gafas que utiliza. Dos piezas de madera con diminutos cristales incrustados y una tira de caucho que ayuda a sujetarlas en la cabeza es todo lo que hace falta para acechar las presas.
Además los costes de fabricación son mínimos si tenemos en cuenta que la madera se obtiene de los bosques tropicales o de los abundantes manglares de la zona. Sólo tienen que adquirir el metal y el nylon necesario aunque en muchas ocasiones incluso reciclan materiales como neumáticos y otros utensilios metálicos a su alcance.
Para piezas de mayor tamaño, como las tortugas o los dugongs, una especie de vaca de mar emparentada con los manatees, utilizan unos arpones de un solo diente de metal ensamblado a un largo mástil de madera o bamboo.

Trabajo en equipo 

Hombres y mujeres acostumbran a compartir responsabilidades en la utilización de armamento para la pesca submarina, una actividad que llevan a cabo conjuntamente por la noche y habitualmemte en zonas de aguas claras y poco profundas. Con la ayuda de la luz de la luna y en su defecto de alguna antorcha situada en la proa de la embarcación, el hombre se mantiene al acecho en la superficie esperando que los peces se sientan atraídos por la luz mientras la mujer dirige la embarcación hacia la posición más adecuada. Para capturas más pequeñas la pareja sitúa la embarcación cerca de la orilla esperando que baje la marea y arrastre hacia ellos gran cantidad de peces que en esa situación serán mucho más fáciles de arponear.
Una vez resueltas las necesidades familiares la pareja intentará vender o intercambiar las capturas sobrantes por otros bienes como arroz, azúcar, sal, café, cigarrillos o incluso joyas. Algunas veces se tratará de algo tan simple como amarrar la embarcación en la tienda de algún comerciante intentado entre ambos conseguir el mejor acuerdo y en otras ocasiones un miembro de la pareja vigilará la embarcación mientras el otro desembarcará para negociar la venta. En cualquier caso se ha podido comprobar que normalmente son las mujeres las que administran los asuntos financieros del negocio, por ser más disciplinadas y tener mucho más claras las prioridades familiares. Esto hace que en las comunidades Bajau la presencia de la mujer sea muy respetada no tan sólo por sus habilidades en la pesca sino también por su capacidad de autosuficiencia y de imponer su autoridad en las decisiones colectivas. 


En definitiva, la belleza de los archipiélagos de Indonesia es sin duda el marco ideal para la supervivencia de los amigables Bajau. Pero en cualquier caso habrá que observar si la creciente introducción de actividades de ecoturismo y programas educativos como los que organiza Operación Wallacea en la isla de Hoga, próxima a Kaledupa, tendrá algún impacto negativo en su forma de vida. Por ahora, y tras seis años ininterrumpidos de ecoturistas e investigaciones culturales ni tan solo se ha organizado en la zona un negocio de productos artesanos para vender a los todavía escasos visitantes. Si la amenaza del cambio climático no se hace efectiva y se consiguen controlar algunas actividades irrespetuosas con el medio ambiente como el uso de dinamita y cianuro en la pesca de especies de arrecife, bien seguro que seguiremos disfrutando mucho tiempo de estos únicos e incomparables compañeros de buceo.

Los Bajau de Indonesia

LOCALIZACIÓN: Básicamente en las islas y distritos costeros de Sulawesi, dode viven en colonias cerca de Manado, Anbogaya y Kendari. También en las islas de Baggai, Sula y Togian y a lo largo de la costa de Makassar
POBLACIÓN: 90.000
IDIOMA: Bajau ( Moken)
RELIGIÓN: Musulmanes ( 99% ) Cristianos ( 1% )

Fragmento de un documental muy interesante:


Ferran Martínez para Sailing Roots

lunes, 7 de julio de 2014

CORSARIOS, BUCANEROS... PIRATAS

Los piratas… hombres salvajes y sanguinarios; hombres libres y aventureros.  Pero, ¿cuál es el origen de estos hombres legendarios?

Desafiando a toda autoridad, la única ley que los piratas respetaban era la propia. No importaba ni religión, ni color, ni condición sexual;  no había juicios morales; eran hombres que habían optado por un modo de vida libre.

La historia de la piratería comienza con el oro español

Cuando Colon llego al nuevo mundo en 1942 encontró una tierra de inesperada riqueza. Los españoles con la autorización de la iglesia católica se apoderaron de grandes cantidades de tesoros de los Incas y de los aztecas. Esta riqueza era embarcada en galeones para ser transportada a España.

Otras naciones europeas pagaron a aventureros para interceptar estos galeones y robar el oro a los españoles. Estos aventureros contratados eran conocidos como corsarios, uno de los cuales fue Sr. Francis Drake, un explorador británico capitán de la Golden Hind: embarcación  de 100 metros de eslora y  18 de manga rápida y bien armada, donde navegaban más de 184 personas.

La Golden Hind atravesó el Atlántico hacia el sur des de Gran Bretaña y navegó durante 6 semanas por el Estrecho de Magallanes, con vientos muy fuertes. Se trata de   una de las zonas de navegación más peligrosas del mundo pero así se  evitaba el Cabo de Hornos y podían coger por sorpresa a la flota española.

Su éxito atrajo a muchos nobles y ricos mercaderes a participar del juego. En ese mismo año se emprendieron más de 1000 expediciones corsarias.
Para poder salir airoso de estas aventuras estos piratas debían ser muy buenos navegantes. Midiendo regularmente el ángulo entre el sol y el horizonte navegaban a lo largo de una línea de latitud. a través del Atlántico, hasta que avistaban tierra. Una cuarta parte de estas  expediciones nunca regresó.

Las islas colonizadas por los españoles atrajeron a un nuevo grupo de colonos que con el tiempo desarrollarían su propia forma de piratería. En 1620 varias naciones europeas luchaban contra los españoles por las islas del Caribe. En la Española se establecieron un grupo de franceses, cazadores de cerdos, que eran conocidos como Bucaneros. Los españoles en 1630 los expulsaron de la isla y se convirtieron en Piratas.

Los bucaneros debido a su gran habilidad con las armas de fuego fueron los primeros piratas a los que se prestó atención. Se dedicaban a atacar barcos fondeados o parados cerca de la costa acercándose con sus canoas desde la playa. Sus tácticas eran simples y efectivas. En 1665 el 15% de todo el oro español estaba en sus manos i no solo robaban sus tesoros sino que también se llevaban sus barcos.

Al contrario de lo que siempre hemos visto en las películas, los piratas preferían embarcaciones pequeñas y rápidas en lugar de grandes galeones. Usaban los denominados pageles, navíos de un solo mástil, rápidos y con capacidad de 50 a 100 hombres.

Hoy en día también hay muchos piratas pero no pasaran a la historia como leyendas sino como una colección de chorizos.


Roman Martínez para SailingRoots

lunes, 30 de junio de 2014

VOLVER A NAVEGAR



Cuando llevas un tiempo en dique seco, el reencuentro con la navegación es una mezcla de sensaciones, que van desde el placer al sufrimiento, desde el descubrimiento al recuerdo, en  la que te haces una pregunta ¿Por qué no he hecho esto antes?


Reencuentro: Viento de cara, piso fuerte la arena y arrastro la embarcación al agua; me subo aguantando la respiración guardando equilibrio para intentar no volcar y evitar miradas de… “este principiante”, mis músculos se empiezan a tensar y respiro profundo, mirada al horizonte y sonrisa de oreja a oreja mientras mis oídos se deleitan con ruido del mar contra el casco.

Sufrimiento: Llevo navegando media hora sin parar y los músculos de los brazos empiezan a dar señales de fatiga (madre mía estoy en baja forma), al alejarme cada vez más de la bahía noto como me cuesta mantener el ritmo y avanzar. Intento disfrutar del paisaje pero me desconcentro, creo que me merezco un descanso, quiero cumplir mi objetivo de llegar hasta la punta de la costa que se divisaba desde la playa, pero cada vez me cuesta más remontar el viento.

Placer: Busco refugio en una cala rocosa, que tiene como paredes un acantilado que me asombra, resguardo del viento y momento de paz. Me fijo en estas paredes y parecen una fotografía de un libro de geología, se ven las diferentes capas de minerales y sedimentos, retorcidos por el paso del tiempo.

Prosigo mi ruta, quería hacer una travesía de dos horas, llevo más de la mitad del recorrido y en una de mis manos me ha salido la primera roncha, escuece por la salitre, más cansado pienso en que tampoco me tengo que machacar navegando contra el viento en mi primer día.

Descubrimiento: Otra cala rocosa, pienso en hacer otro descanso en la ruta, en esta hay una cueva en la cual me adentro con cuidado. El sonido de del agua penetrando hasta el final de la cueva es como el estruendo de un rayo en una noche de tormenta, son unos minutos mágicos ¿Qué tienen las cuevas de la costa que son tan inquietantes?

Llego hasta mi objetivo después de dar los último coletazos de energías, alzo los brazos celebrando mi cabezonería, comienzo a dejarme llevar por el viento y las olas. En la ruta de regreso a la playa me pregunto: ¿por qué no he salido antes a navegar? Empiezo a contestar a esta pregunta a la vez remo tranquilo intentando surfear algunas olas, pero no hay respuesta solo excusas.
  
¿Y tú hace cuanto que no navegas? No te hagas preguntas sal y disfruta.


Manu Varela para Sailing Roots.




lunes, 23 de junio de 2014

UN SUEÑO MARINERO

El otro día desperté con la sensación de haber estado días navegando. Era esa sensación de bienestar y cansancio que se mezclan y notas en el cuerpo. Las manos te duelen de tantas horas cazando, estibando y trimando velas, las piernas las notas pesadas de tanto aguantar ola tras ola. Pantocazo tras pantocazo. Es una sensación que hasta que no paras un momento, tu cuerpo no es consciente de ella. Como cuando tocas tierra después de días en el mar. Te sientes extraño. La cara te duele por la mezcla de sol y agua salada. Las partes del cuerpo que te quedan al descubierto se resecan por la sal y los cristales formados en tu piel, te duelen al secartelos con las manos ásperas. La mente se te ha cansado. Estás agotado física y psicológicamente. ¡Necesitas dormir! Pero no puedes. Te toca guardia. El mar no deja de pegaros por la aleta de estribor y cada ola que corremos, nos impulsa a planear. Es impensable dormir.... De repente, traslucha la vela sin querer. No entiendes que ocurre. Pero has de moverte porqué se te ha enganchado la mayor con la burda que tenias cazada y te estas llenando de agua por momentos. La mayor ya esta en el agua. Es imposible dormir con lo litros que tienes que achicar. El spi se te ha roto. No tienes vela para esta combinación de viento y ola. Que jodido es todo.

Al despertar con esta grata y a la vez incómoda sensación, no puedo evitar pensar en los marineros que en los siglos pasados navegaban meses y meses sin descanso, pasando temporal tras temporal y luchando contra enfermedades. No puedo dejar de pensar como ha evolucionado y cambiado la forma con la que los humanos nos relacionamos con el mar. Nos hemos inventado tejidos que nos aíslan de las condiciones extremas, hemos inventado materiales más resistentes y duraderos, hemos invertido en nuevos diseños en función de las necesidades (planeadores, ceñidores, casas flotantes, mansiones, amantes de lo clásico...). 
Lo curioso, sorprendente y a la vez apasionante, es que podemos investigar, aprender, diseñar o calcular todo lo que queramos, que al mar nunca le vamos a ganar!

Quien navega, sabe que cada día puede ser una aventura y que por la misma razón, cada vez que nos subimos a un barco tenemos que vivirlo como si fuese la última vez. Es la única manera de apreciar y absorber lo que en cada momento nos ofrecen la navegación y el mar!

Esto ha empezado como un sueño pero quiero acabarlo como un acto de fe. Mi fe en el mar, en mi y, en parte, en la suerte. Puesto que en el mar, hay que saber lo que se hace, hay que saber cuales son nuestras limitaciones y aceptarlas. Pero también hay que tener miedo y respeto al océano pues es la única manera de temerlo y respetarle como se merece!

Let's Go Sailing

Pol Quintana para Sailing Roots

PD: Que sensación ha de generar un pinchada de esta manera.


lunes, 16 de junio de 2014

EOLO

                                                              Mediterráneo, Junio 2014

EOLO

Navegar a vela, nuestra pasión, depende siempre del VIENTO. Y lo más importante para cualquier navegante es aprender a reconocerlo, valorarlo y saber como usarlo para sacarle el mayor rendimiento a las velas que impulsan nuestro velero.
El viento es el flujo de gases a gran escala. En la Tierra es el movimiento en masa del aire en la atmósfera en movimiento horizontal. Günter D. Roth lo define como «la compensación de las diferencias de presión atmosférica  entre dos puntos.».



En la civilización humana, el viento ha inspirado la mitología, ha afectado a los acontecimientos históricos, ha extendido el alcance del transporte, y ha proporcionado una fuente de energía para el trabajo mecánico, la electricidad y el ocio. El viento ha impulsado los viajes de los veleros a través de los océanos de la Tierra.

En la mitología griega, los Anemoi (en griego antiguo Άνεμοι, ‘vientos’) eran dioses del viento, que se correspondían con los puntos cardinales desde los que venían sus respectivos vientos y que estaban relacionados con las distintas estaciones y estados meteorológicos. A veces eran representados como simples ráfagas de viento y otras se les personificaba como hombres alados, e incluso en ocasiones tomaban la forma de caballos encerrados en los establos de su señor y gobernante, Eolo, que residía en isla de Eolia, si bien  los demás dioses, especialmente Zeus, ejercen poder sobre ellos. Según Hesíodo los vientos beneficiosos: Noto, Bóreas, Argestes y Céfiro eran hijos de Astreo Eos, y los destructivos lo eran de Tifón.



Cuando aprendemos a navegar, hay que empezar por reconocer el Viento para poder orientar nuestra embarcación y las velas con el fin de llegar a buen puerto. No es tarea fácil al principio, ya que esto supone un cambio en nuestra orientación habitual. Navegando no existen izquierda o derecha, y los puntos de referencia a los que estamos habituados. en mitad del Mar, tampoco. Por ello hay que aprender a orientarse de una forma diferente: teniendo como principal punto de referencia al Dios EOLO, el Viento.

Tenemos veletas para reconocer su dirección, anemómetros para medir su intensidad, le pusimos nombres,

está la escala Beaufort para medir su intensidad, los meteorólogos que se pasan horas haciendo sus cálculos para preveer que Viento soplará mañana.... Pero en mitad del Mar, cuando nos encontramos con lo que de verdad hay.... estás tú, tu embarcación y sus velas, y el Viento.




Si eres navegante, la relación con el Viento es maravillosa, mágica, ya que hay momentos para todo...
A mi personalmente, me encanta jugar con él... pero he tenido momentos en que le he temido...amado...disfrutado...sufrido... buscado...escapado de él... pero al final, como buen amigo.... siempre acabo pensando en lo agradecido que le estoy por la cantidad de maravillosos momentos y aventurillas que hemos compartido.



Cazar o amollar velas para aprovecharlo mejor.... ajustar el trimaje... embolsar o aplanar vela... abrir o cerra baluma... jugar con la posición del mástil, el twist de la vela, tensar o aflojar el grátil de la vela, todas esas pericias de navegante para aprovechar más y mejor la fuerza del viento... es, sencillamente apasionante.


Aquí os dejo una serie de denominaciones según el gran navegante Antonio de Ulloa, que me han parecido interesantes y curiosas para compartir con tod@s vosotr@s:

Vientos según su dirección

Según Antonio de Ulloa, con respecto a su dirección, se dice:
  • viento por la proa es el que precisamente trae su dirección del mismo punto a que debe dirigirse el rumbo.
  • el contrario es el que se le aproxima mucho o con la sola diferencia de una a tres cuartas en su dirección.
  • escaso, el que ni aun de bolina permite navegar al rumbo que debe hacerse.
  • de bolina, es el que sopla desde las seis a las ocho cuartas.
  • el ancho, el largo y el abierto el que viene en dirección que forma con la del rumbo un ángulo mayor que el de las seis cuartas de la bolina. Cuando este ángulo es recto, se dice viento a la cuadra que en lo antiguo llamaban cuartelado y cuando solo le faltan dos o tres cuartas para coincidir con la quilla por la parte de popa se dice por la aleta o por el anca.
  • el de a popa o en popa el que se aproxima mucho al de en popa cerrado que es el que sigue rigurosamente ia dirección de la quilla en el rumbo que hace la nave.
  • el de travesía, que como se ve en esta voz adquiere su denominación relativamente a los parajes sobre que sopla.

Otras denominaciones

Tales son, relativamente a su dirección:
  • el viento a la estrella, que se dice muchas veces del norte
  • viento a la cabeza, que llaman en Veracruz al mismo Norte cuando reina con suavidad en los meses de verano y particularmente en Agosto y Septiembre
  • viento a la marmarero y de fuera, que es el que viene del lado de la mar con respecto a la tierra y equivale en los puertos o inmediaciones de ésta a la virazon.
  • viento a la tierra o de tierra, al contrario, el que sale desde ella hacia la mar y equivale a terral.
  • viento a fil de roda, que es lo mismo que por la proa o por el pico.
  • viento puntero, que se llama así porque obliga a puntear y equivale a escaso.
  • viento de revés que es el que repentina o accidentalmente hiere en las velas por la cara de proa.
  • viento de bordada, el que permite hacer una bordada larga y ventajosa con relación al objeto del viaje.
  • viento de través, es lo mismo que a la cuadra, no solo accidentalmente con respecto al costado del buque en alguna posición o maniobra momentánea sino también con relación al rumbo que éste sigue.
  • viento en tantas cuartas, aquel cuya dirección forma con el rumbo a contar desde proa un ángulo del número de cuartas determinado.
  • viento favorable, el que sopla en direcciones próximas a la derrota o forma con ella ángulos obtusos.
  • viento de botalones, el largo o en popa de la calidad de los bonancibles que permite llevar las alas.
  • viento franco, el que da lugar para seguir un rumbo determinado navegando en buena vela o sin necesidad de apuntar las bolinas.
  • viento cerrado a tal rumbo, el que trae rigurosa o exactamente su dirección en el rumbo señalado, sin declinar un ápice a uno ni otro lado.
  • viento arremolinado, el que forma remolinos en su curso.
  • viento variable, el que no fija su dirección o no guarda en ella ley alguna conocida. Entre éstos suele haber alguno tal que figuradamente se dice viento redondo porque parece que sopla de toda la redondez del horizonte.
  • viento por el zenit, expresión figurada con que se significa una gran calma.
  • vientos cardinales, los que toman su origen de los cuatro puntos cardinales del horizonte
  • vientos orientales y occidentales, los que proceden de la parte del oriente o de la del occidente.

Vientos según su fuerza

En atención a su fuerza, y empezando a contar, según D. Antonio de Ulloa, desde la calma muerta o chicha, se dice:
  • solo calma, cuando se advierte de tiempo en tiempo algún ambientillo muy ligero
  • vahajillo, cuando se nota un vientecillo muy flojo que no llega a la superficie del agua
  • ventolina, cuando este vahajillo apunta por diversas partes sin fijarse en ninguna
  • viento entablado, cuando se afirma por alguna parte
  • viento fresco (que también se llama viento de todas velas, y por otro estilo viento de juanetes) cuando van las velas llenas y no gualdrapean
  • frescachón, cuando es recio y no permite llevar juanetes
  • cascarrón, cuando se necesita tomar rizos a las gavias
  • ventarrón, cuando obliga a aferrarlas y a mantenerse con las dos mayores
  • temporal, cuando es preciso quedar con el trinquete, correr o ponerse a la capa.
  • hay además viento aturbonadoviento a ráfagascontrastes y huracanes.

Otras denominaciones

  • viento calmoso, el muy flojo y que sopla con intermisión
  • viento flojo, el de menos fuerza que el bonancible pero constantemente como él o no interrumpido como el calmoso.
  • viento bonancible, el de fuerza moderada que permite llevar hasta las velas más menudas y al cual se dan también los nombres o calificaciones de suaveapacibleblando,benignofresquitogaleno o se indica lo propio con decir viento de sobrejuanetes
  • viento hecho, el que también se dice entablado y seguro
  • viento de tantas millas, el de fuerza capaz de hacer andar al buque el número de millas determinado
  • viento igualseguido o llano, el que sopla con un mismo grado de fuerza constantemente y diferencia del desigual que es el designado por la expresión de viento a ráfagas oa rachas y que también se llama traidor, en su caso
  • viento manejable, el más fuerte que el fresco pero que permite hacer cualquiera maniobra conveniente
  • viento de tantos rizos, el frescachón cuyo grado de fuerza se indica con el número de rizos tomados a las gavias
  • viento duro, el cascarrón y el ventarrón, que también suele significarse con la expresión de viento para una escuadra
  • viento forzado, el que obliga a buscar abrigo o tomar un fondeadero a toda costa o hacer otra maniobra violenta en las circunstancias para separarse de algún peligro o evitarlo
  • viento borrascosoviolentotormentosoimpetuosodeshechopesadofuriosoporfiadotemiblepeligroso, etc. el temporal o el muy semejante a éste y que es llamado con todos estos nombres por varios autores y en la generalidad de los escritos antiguos y modernos, en los cuales se ven además equivocadas o usadas como equivalentes las voces de tiempo o temporal y viento en estos casos
  • viento huracanado, el temporal que se aproxima en su fuerza a la del huracán.

Vientos según su localización

  • vientos periódicos, o por otro nombre elesios, que son los que se mudan o cambian por lo regular en direcciones opuestas en tiempos determinados como las monzones en los mares de la India oriental
  • vientos refutares, los generales y los periódicos
  • viento particular, el que sopla en los mares donde su dirección no es constante.

También se dice:

  • viento de sol, al que se levanta o refresca con la salida y elevación de este astro sobre el horizonte y vuelve a caer o aflojar cuando se pone
  • viento de marea, el que aumenta de fuerza o entra con la marea creciente y cede en la menguante
  • viento alto, el que corre con más fuerza o con otra dirección a cierta altura de la superficie del mar
  • vierto bajo que cuando lo es notablemente se dice también rastrero, el que sopla desde la superficie del mar hasta una cierta altura con mayor fuerza y aun a veces en dirección diferente del alto
  • viento liviano y sobreaguado, nombre que daba Sarmiento al que parece que corre por sobre la superficie del agua o tocándola muy poco de modo que aunque contrae la expresión a un ventarrón no levantaba mucha mar
  • viento oscuro y viento claro, el ventarrón acompañado de cerrazón en el horizonte y en la atmósfera o sin esta circunstancia
  • viento sucio, el achubascado y oscuro que trae aguacerosllovizna, etc.
  • viento de un dedo, expresión que se usa familiarmente para ponderar la violencia e impetuosidad de un temporal. Con ella se manifiesta la dificultad o imposibilidad de asomar y mantener derecho un dedo por encima de la borda sin que lo doble o encorve el viento que en él choca.
  • se dice viento negro al aquilón y hay autor que denomina vientos altanos a los que se levantan de tierra y corren al mar y vuelven al continente y dice que estos mismos, cuando se vuelven al mar, se llaman apogeos porque parten de la tierra. 
Demos gracias a EOLO y sigamos disfrutando de su fuerza y sus caprichos divinos.

Ferran Martínez para Sailing Roots