lunes, 31 de marzo de 2014

EL CUARTO PODER….. Y EL MAR

Tengo una teoría. Creo que la vela no es un deporte de masas porque a la misma oligarquía que nos gobierna, los que tienen el poder económico, político y social, no les interesa. Empecé a planteármelo después de ver lo masivas que son las regatas en Francia o como los americanos viven año tras año la America’s Cup americascup.com. Pero me lo planteo cuando veo en los medios de comunicación y sobre todo las televisiones públicas hablan de futbol, tenis, motos y coches. Perdón, y de ciclismo - deporte donde los yonquis tienen su lugar en la historia.
El alcalde Trías en la presentación de la regata Conde de Godó
Alguna vez he tenido la oportunidad de verme en medio de los montajes que aquí, en Barcelona, monta la clase alta para sus regatas y especialmente en el Trofeo Conde de Godó: regatasrcnb.com o trofeocondegodo.com.  Y recuerdo ver como el alcalde, como cada año, aparece por el varadero del Real Club Náutica de Barcelona rcnb.com para darse la mano y hacerse fotos con los oligarcas. La televisión pública también esta, dándole bombo al evento. Pero a quien no veo es al Rey. Me dicen que ya hace unos años que no se asoma. Que perdida de caché.

Entonces me planteo. ¿Si a los millonarios que tanto les gusta salir de la mano de los poderes locales realmente les interesa la vela o simplemente creen que es el deporte de su clase? La respuesta no es ni una ni la otra. Al poder, le gusta seguir teniéndolo. Y el poder, la clase con poder, se relaciona con los que lo tienen. Más que nada para seguir procreando entre ellos y de esta  manera, mantenerse en el poder. Maldito poder. Pero, ¿realmente creen en el deporte de la vela? Creo que si realmente les gustara, les apasionara, querrían que todo el mundo lo practicase o por lo menos, conociera lo fantástico, completo, emocionante y sacrificado que es. Pero no les interesa.

Al cuarto poder no le interesa. Parto de la base que, los medios de comunicación (tanto públicos como privados) están gobernados por el poder político, económico y social. Es así, porqué es el instrumento que ya en el siglo XX se utilizó para dominar y persuadir a las masas de países enteros y es el instrumento que siguen usando para adoctrinarnos. En este sentido, el deporte de la vela, no deja de ser un subproducto que creen que les pertenece.
Ejem ejem

Es simple, si nos fijamos en el imaginario colectivo, cuando en una conversación de bar sale el tema de la vela, inconscientemente la gente ya encasilla. Que si es un deporte para pijo, que si necesitas mucho dinero, que si es un deporte muy cerrado hecho para y por los mismos, etc Pero en parte, todo es cierto.

El poder, gracias a los instrumentos de control social que han ido diseñando y mejorando a lo largo de los años, ha hecho la sociedad a su voluntad.

Plantearos algo. Cuando vais a comprar ropa a un centro comercial, ¿quien creéis que lo ha construido? ¿Con que propósito? ¿Realmente creéis que se construyen de manera altruista para que el pueblo disfrute de un espacio donde pasar los calurosos días de verano? ¿Quién monta las tiendas que en el vais a ir a comprar? ¿Quién vende esa ropa? ¿Quien la fabrica? O plantearos lo siguiente: ¿Quién organiza las regatas de crucero en Barcelona? ¿Cuánto vale un proyecto de Vendée Globe? www.vendeeglobe.org/en/news/article/1533/cuanto-cuesta-correr-la-vendee-globe.html O ¿Cuánto vale un proyecto de America’s Cup?


Plantearos, ¿de dónde sale todo esto? Plantearos las cosas y las cosas podrán cambiar!

Pol Quintana Aguilera para Sailing Roots

lunes, 24 de marzo de 2014

HISTORIETAS DE LA NAVEGACIÓN A VELA

Mediterráneo, marzo 2014


Hubo una vez un espabilado,  era pescador y salía todos los días con su bote a remo, era un gran observador por lo que pronto se dio cuenta que por las mañanitas casi siempre había una brisa que soplaba en la misma dirección en la que él debía remar hacía sus puntos de pesca... y pensó que tenía que aprovechar ese fenómeno, ya que así ahorraría tiempo y energías.
Lo comentó con algunos amigos, unos le dieron por loco, otros se rieron de él y unos pocos lo ignoraron... pero hubo un par que le escucharon con atención, enseguida se implicaron y de pronto estaban ideando un sistema para hacerlo. Le pusieron un palo al bote ( el primer mástil), para lo cual tuvieron que ir al bosque, escoger madera buena, cortarla, prepararla... Luego aprovecharon unas telas viejas (las primeras velas) y pensaron la mejor manera de coserlas y colocarlas para poder aprovechar ese vientecito mañanero.


Al cabo de unos días, salieron los tres amigos en su bote, como cada día, al mar a buscar los peces que alimentaban las bocas de sus allegados. Pero ese día fue especial, no tuvieron que remar al hacerse a la Mar, llegaron más pronto y casi sin esfuerzo a los fondeaderos.. así nació la navegación a vela.
Esa misma técnica se extendió como la pólvora.... y se usó en todo tipo de embarcaciones...
Toda una revolución que duró siglos.
Con los años, aparecieron personas que se interesaron e involucraron a fondo en el tema.... se diseñaron nuevos cascos y nuevas velas.... siempre teniendo como punto de partida la observación de la Naturaleza: Los pájaros dieron ideas para el diseño de nuevas velas... los árboles dieron su madera para la construcción de nuevos cascos, mástiles y botavaras... el cáñamo hizo que las escotas, las drizas y demás cabos fueran resistentes y duraderos... se probaron distintas telas para confeccionar las primeras velas: lino, algodón...
La historia cuenta que los egipcios fueron los primeros constructores de barcos a vela de los que se tiene noticias. La primera fuente gráfica de estas naves data de alrededor del 3200 a 2700 a .d. C. y lo más probable es que los barcos de esta clase llevaran utilizándose bastante tiempo. Se piensa que no sólo los utilizaban para navegar por el Nilo, sino que también se lanzaron al mar abierto, ya que existen indicios que señalan su presencia sobre los mares en pinturas murales.



Los fenicios, reconocidos como muy buenos marinos, no sólo construyeron barcos mercantes capaces de transportar grandes cargas, también buques de guerra mayores y más efectivos que los de sus contemporáneos, egipcios y egéos.





Los barcos fenicios estaban hechos de maderas resistentes, como el cedro, pino, encino y ciprés.






Desde el año 600 a.c. se ha documentado la presencia del junco,  posiblemente una de las embarcaciones a vela mas antiguas del mundo, y una de las pocas que aún se mantienen en uso, el casco posee una popa corta y carece de quilla.

 Fueron las embarcaciones tipo del mar de China.  Desde el siglo I se tiene noticia del uso del timòn central y la brújula por los chinos. Gengis Kan y Kublai Kan los utilizaron en su intento de invadir Japòn.


En el siglo IX los normandos o vikingos se convirtieron en el terror de los mares septentrionales. En sus embarcaciones, largas y estrechas, propulsadas a vela y remos, llamadas drakar, efectuaron incursiones en las costas del norte de Europa, las islas británicas y el Mediterráneo. Con el modelo más pequeño de estos barcos, que tenía 23,8 m. de eslora, 5 m de manga y su proa simulando un dragón, se internaron en el Atlántico septentrional, colonizaron Islandia y Groenlandia, y arribaron a las costas norteamericanas.

Durante los siglos XV y XVI aparecieron muchos tipos de naves: carracas,
 carabelas,
 pinazas,

saicas y galeones.



 El uso de la brújula se generalizó y posibilitó los viajes cada vez más largos .
Las carracas, que españoles, portugueses y venecianos usaban para transportar mercancías, tenían a menudo cuarenta metros de eslora. A finales del XVII aparecieron el falucho, con dos palos y aparejo latino, y la tartana, con un solo palo dispuesto en candela. Una variante de todos estos tipos fue el laúd, que todavía navega en algunos lugares. En el Mediterráneo hubo una gran variedad de veleros, puede decirse que los veleros medievales fueron sustituidos  por los jabeques.


 Luego aparecieron los pingues,

 bombardas



y polacras 



 que perduraron hasta el S. XIX. El jabeque en particular, con sus dos o tres palos y velas latinas, fue un descendiente directo de la galera y alcanzó gran difusión en el mediterráneo central y occidental. Con su elevada velocidad y facilidad de maniobra, no sólo servía como nave de carga sino también de guerra, y de hecho era el tipo usado por los corsarios y piratas berberiscos en sus correrías por las costas cristianas.
Otro tipo de nave mediterránea era el pingue, y el pingue genovés. Este velero tenía una popa muy elevada, aparejo muy particular: Trinquete con tres o cuatro velas cuadras, mientras que en los palos mayor y mesana largaba velas latinas.

 Los franceses sobresalieron en la arquitectura naval. Sus naves aventajaron en tonelaje y velocidad a las de otras naciones, sobre todo en los siglos XVII y XVIII.
Cuando ingleses, portugueses y holandeses intensificaron la búsqueda de productos orientales, las naciones europeas crearon compañías comerciales rivales.


  Al incrementarse el comercio con Oriente, se necesitaron naves más rápidas para el transporte de té, especias, café. Así nacieron los afamados clippers que gracias a su velocidad (alcanzaban los 20 nudos) permitían llegar antes a su destino lo cual se traducía en un mejor precio para la mercadería y un mejor negocio para la compañía que arribaba primero. Podemos considerarlos los primeros barcos de regata??...




La vela mas antigua conocida es la vela cuadra, también llamada redonda, que puede llegar a ser de forma trapezoidal. El tipo de vela cuadra, recibe el viento desde la popa, debido a su gran superficie y por su forma no es capaz de ceñir el viento, esto es navegar formando un ángulo menor a los 90 grados respecto a la dirección del viento. 

En el afán de poder navegar remontando al viento, aparecen las velas triangulares también llamadas latinas, de cuchillo o áuricas, que permitían  ceñir, o sea, navegar en ángulos menores a los 90 grados, incluso llegando hasta los 45.  
Se cree que el origen de la vela triangular data del siglo III, en el océano Indico.  La vela latina posiblemente fue de origen árabe o polinesio y de éstas se deriva la llamada vela latina mediterránea y  vela latina de las Bermudas o bermudina.

A partir de la aparición de los barcos a vapor, poco a poco el uso de las velas fue disminuyendo... para desgracia de las personas, del Mar y de la la madre Tierra.
Como siempre, los intereses económicos, las prisas y la inconsciencia ecológica ayudaron a su casi desaparición. A día de hoy el uso de las embarcaciones a vela para tareas de pesca y transporte se han visto reducidas a la nada.... ya se usan sólo en pequeñas comunidades e islas.
Este cambio dio paso a la era de la vela moderna.... donde el uso de los barcos a vela se ha visto relegado a su uso en competición (regatas), como  entretenimiento, placer y terapia... No obstante los cascos, jarcias y velas han evolucionado de tal manera que no descarto que algún día, no tan lejano, la navegación a vela retome su máximo esplendor... 


Ferran Martínez para Sailing Roots

lunes, 17 de marzo de 2014

BARCELONA, DE ESPALDAS AL MAR

4 km de playas, 3 puertos deportivos, una oferta cada vez mayor de escuelas de navegación y actividades de ocio en el mar, 1.700.000 ciudadanos y unos 10.000.000 de turistas anuales y aun así creo que no ser en único en pensar que Barcelona vive de espaldas al mar.

Un proyecto que afecta al puerto más céntrico de la ciudad para convertirlo en lugar de peregrinación de los grandes magnates del planeta y sus megayates.

Escuelas y clubs de vela ligera que hasta día de hoy se mantienen capeando el temporal sin llegar ni de lejos a acercarse a lo que podrían llegar a ser con una gestión eficaz y adaptada al perfil económico de la ciudad donde se encuentran.

Una cofradía de pescadores que después de años sin ser apoyados ni escuchados por la administración pública se han visto obligados a inventar un nuevo concepto: el pescaturismo, actividad destinada a los bolsillos más llenos y a un tipo de turista muy pudiente.

Un puerto de nueva creación al que no se le ha sabido darle vida, y en el que finalmente se ha apostado por la creación de una 
macrodiscoteca que seguro que acerca a gente al mar pero en un estado que quizá no es el más adecuado.

¿Es este el rumbo más adecuado?

En mi opinión no se puede hacer peor.

Des de este artículo y por la suerte que tengo de tener unos lazos estrechos con el mar, pretendo aportar un pequeño grano de arena a una reivindicación que creo acallada.

La importancia de facilitar el acercamiento al mar de todo el tejido urbano de la ciudad, que los estudiantes de todos los barrios de Barcelona puedan acceder a una infinidad de actividades con un valor añadido de trabajo en equipo, respeto por el medio, etc.

Facilitar la posibilidad de entrar en un mundo que tanto nos aporta a los que ya lo hemos descubierto.

En los años que llevo dedicados a la enseñanza de la navegación y todo lo que la envuelve he visto dejarlo a gente con tantísimo talento para transmitir sus conocimientos, que es inevitable pensar que las cosas se están haciendo muy mal.

Desde octubre a Marzo hay un parón en la ciudad, la actividad marítima de ocio queda congelada, ¿como se trabaja para llenar este vacío?

Este panorama es como un virus, como el sector esta jodido, las trabajadoras y trabajadores cada vez están mas desmotivad@s y esto acaba afectando directamente a toda la gente que se introduce en un mundo en que el primer contacto es clave para acabar completamente enganchado.

Todo esto, y mucho más nos han ido llevando a una situación bastante desalentadora pero está en nuestras manos en las de los que tratamos de vivir de esto empezar el cambio.

Y una buena forma de empezar este cambio es poniendo cuerpo y alma en nuestro día a día, con cada uno de nuestros alumn@s, tratando de transmitir nuestra pasión buscando la motivación en el agua, en las olas y en el viento y no escudándonos en toda la mierda que nos rodea.

A los que tenemos parte de nuestras raíces en el mar.

El cambio es posible.

Roman Martínez para Sailing Roots

lunes, 10 de marzo de 2014

IZIVUNGUVUNGU SAILING PROJECT


¿Izivunguvungu? Aunque este nombre sea difícil de pronunciar, por lo menos las tres primeras veces, eso es lo que me ha pasado a mi; a la cuarta vez lo pronuncias con ritmo de música africana. Es a este continente a donde os quiero llevar con esta historia, más en concreto a la Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

¿Qué es? Pues una fundación cuyo objetivo es la de ofrecer oportunidades a los niños desfavorecidos, con sede en la ciudad portuaria de Simon. Este proyecto fue establecido en 2001, por Ian Ainslie, tres veces olímpico, campeón del mundo de vela múltiple y maestro de escuela, junto con Mateo Mentz, un Oceano skipper altamente cualificado e instructor.

Izivunguvungu ofrece una combinación única de proyectos de vela y de música para el beneficio de los jóvenes en comunidades desfavorecidas, y que trabaja en cooperación con las escuelas, profesores y trabajadores de la comunidad. El año pasado celebraron el 12º año de existencia, brindando esperanza a los jóvenes desfavorecidos, especialmente de las poblaciones más cercanas.

El proyecto enseña habilidades para la vida a través del entrenamiento de la navegación a vela, la construcción de barcos y la música. La escuela también cuenta con un enfoque en la educación basada en el medio ambiente, la salud y la alfabetización.

¿Cómo consigue esta gente los barcos? Pues a través de donaciones, esponsorización y en gran parte gracias al proyecto de construcción de barcos, en el que todos los sábados se realizan clases prácticas en el astillero naval de Simon, bajo la supervisión de Mike y Mark Mollat. Hasta la fecha se han construido y puesto en marcha dos botes y otro ha sido reformado completamente. Izivunguvungu trabaja en conjunto con los colegios para ayudar a los alumnos a inscribirse en estos cursos y así asegurarles un empleo en el futuro.

¿Cómo funciona la academia de vela? Los cursos se imparten por la tarde después del colegio. Lo primero que se les enseña es a nadar, una vez superada esta habilidad fundamental para poder navegar, comienzan a descubrir este deporte llevando el timón y desarrollando las diferentes funciones de los tripulantes de la embarcación. Los niños con talento progresan a niveles más avanzados, como son las regatas o funciones de guardia de rescate. Los alumnos más destacados son seleccionados para competir en vela ligera en las diferentes regatas provinciales y nacionales, formándose como instructores y responsabilizándose de formar a los que se inician.

Lo interesante de este proyecto son los valores que inculcan a los niños, partiendo del respeto a los derechos de los demás con independencia de la edad, sexo, raza u orientación sexual.

Para poder participar en estas actividades lo único se pide a los niños es cumplir con lo siguiente:

1.      No al comportamiento perturbador.
2.      No hacia la conducta agresiva hacia los demás.
3.      No al vandalismo de la propiedad.
4.      No al comportamiento discriminatorio.
5.      Sin armas, alcohol o drogas.
6.      No robar, mentir o hacer trampas.

Voy a promover el respeto, la autoestima positiva, la responsabilidad y el cuidado.

Me quito el sombrero con lo que está haciendo esta gente, ya que con el voluntariado y la generosidad de las donaciones individuales son capaces de dar una realidad diferente a todos estos niños. Inculcan valores, a través de la vela y el mar, que considero básicos y que en la educación que se proporciona hoy en día está carente.

Creo que en los centros de vela se pueden llevar a cabo estas iniciativas sin apenas coste alguno. Las embarcaciones están paradas muchos meses del año, hay muchas de éstas que necesitan una reparación y  un mantenimiento, y que con un poco de trabajo voluntario por parte de los instructores y la generosidad de los gerentes de los clubs no tendríamos que irnos tan lejos para encontrar estas historias.


Manu Varela para Sailing Roots

lunes, 3 de marzo de 2014

“EN SOLITARIO": UNA METÁFORA DE LA SOCIEDAD FRANCESA

Hace unas semanas fui a ver la película “En Solitario” de Christophe Offenstein con unos amigos. Una salida sólo de chicos, todos unos “frikis” de la vela y con ganas de disfrutar de dos horas de una película náutica. Íbamos con ganas pero sin grandes expectativas. Hacer una película sobre la Vendée Globe (vendeeglobe.org) no es tarea fácil. La idea era ver como el director enlazaba lo que podía ser una película de aventuras y sobre la navegación en solitario con un argumento que convenciera. No debe de ser fácil hacer una película sin caer en el documental. Al final, salvando las diferencias, la película en sí no está tan mal. Se ve cómo funciona una regata de este tipo, la organización, la comunicación con el equipo de tierra, la “tranquilidad” de saber que el barco va a responder, la estrategia, etc. Para hacerla un poco más interesante, te plantan a un chico magrebí que se cuela en el barco en el desesperado intento de llegar a Francia. Lo que el muchacho no sabe es que si vas en un IMOCA (imoca.org), haciendo la Vendée y ya estás en Canarias (que es donde el polizonte se cuela), Francia está en dirección contraria. He aquí el argumento de la película.

Al salir de la sala de cine, mientras mis compañeros se planteaban y discutían sobre lo buena o mala que les había parecido la película (en su mayoría coincidían en que no es de las más buenas) yo salí con una sensación un poco agridulce. Por una parte, acababa de ver una película que más o menos entretiene pero que en el fondo, va un poco más allá. Trata de una historia muy común para los franceses. El anhelo de tantos y tantos inmigrantes que desde el Magreb intentan entrar en territorio comunitario con el supuesto de tener una vida mejor. Al final de lo que se trata es de hacernos entender a todos y todas, que la inmigración es capaz de dar la vuelta al mundo, para poder entrar en occidente. Es una crítica y una metáfora del sistema tan feroz en el que vivimos que obliga a millones de personas a desplazarse de sus lugares de origen con la esperanza de encontrar un lugar mejor, con oportunidades y futuro y para todo ello, hacen lo impensable.

Lo que realmente me llamó la atención fue que se trataba de una película francesa, donde la población inmigrada no nacionalizada representa el 5.9% en la actualidad (epp.eurostat.ec.europa.eu/statistics_explained), pero es un país donde las olas migratorias viene dándose desde hace décadas. Gracias a la influencia de la metrópoli en las antiguas colonias y que a día de hoy, hay muchos hijos de inmigrantes de segunda y tercera generación que viven y tienen la nacionalidad de un país que no les reconoce como franceses. Sólo hace falta ver el control de la inmigración que desde los gobiernos liberales franceses se lleva aplicando desde hace años (rebelion.org/noticia.php?id=151191) y que ya en 2005 estalló con los disturbios en las llamadas “banlieue”, suburbios de las capitales francesas donde se encuentra la mayor concentración de esta población francesa hijos e hijas de inmigrantes que durante décadas no ha sido integrada en la sociedad. Además, en la película podemos ver no sólo la parte social del mal llamado “problema” de la inmigración, sino que vemos un claro ejemplo de la metáfora Norte-Sur cuando el muchacho se cuela en un IMOCA. Un proyecto millonario, sólo apto para navegantes con un gran palmarés, recursos económicos elevados o contactos que les permiten llevar a cabo una regata como ésta. Es por lo menos curioso, que la manera de llegar a Francia, sea en una Clase no apta para todos los públicos.

Al final, el mundo económico, político y social siempre están ligados y esto ha sido lo que he intentado analizar a través de algo que me apasiona: la vela oceánica. Los amantes de este deporte sabemos que hay una frontera y que por poco que nos guste, siempre va a estar allí: Don Dinero.


Let's Go Sailing!

Pol Quintana i Aguilera para Sailing Roots